Gran
interés en toda la comarca de Molina de Aragón por los efectos de la
macrogranja de cerdos proyectada en Luzón
Más de un
centenar de personas se reunieron en Maranchón para informarse y valorar las
consecuencias que puede acarrear esa instalación
Maranchón, 31 de marzo de 2018.-
Más de un centenar de personas se reunieron el
pasado sábado por la tarde en el local de la Asociación cultural “La Migaña” de
Maranchón, convocados por la Plataforma
Stop Macrogranjas Comarca de Molina de Aragón, cuyos integrantes informaron
sobre los efectos que puede tener en el territorio la implantación de la
macrogranja de cerdos en Luzón.
Los asistentes procedían en su mayoría del
entorno: Layna, Corduente, Maranchón, Villel de Mesa, Mazarete, Luzón, etc.
En un primer momento estaba prevista la
asistencia del eurodiputado de Equo, Florent Marcellesi. Sin embargo, tuvo que
anular su viaje a Guadalajara, y por ello envió un mensaje en un vídeo de apoyo
a la Plataforma Stop Macrogranjas
Comarca de Molina de Aragón.
Posteriormente Alberto Mayor, portavoz de la
Plataforma presentó las principales cifras del proyecto de la macrogranja
porcina de Luzón, produciéndose posteriormente un animado y en algún momento acalorado
debate.
Uno de los puntos más importantes fue el
tratamiento de los purines, ya que a pesar de que la granja se ha proyectado en
Luzón, una gran parte de los los purines serán esparcidos en el término de
Maranchón. Este punto suscitó un vivo debate sobre la utilidad fertilizante que
se les atribuye a estos residuos, frente a los que destacan su gran efecto
contaminante.
La capacidad de desarrollo rural y de fijación
de población fue otro de los puntos tratados, a cuyo respecto se aportaron
datos concretos de algunas experiencias que han tenido en el pueblo de Balsa de
Ves (Albacete) cuya población se ha visto reducida a la mitad después de la
instalación de una macrogranja.
El proyecto de Luzón no ofrece más que un
puesto de trabajo y se valoró de una forma muy negativa la incidencia que
pueden tener los malos olores sobre otras actividades como el turismo y, más
importante, sobre el día a día de los habitantes. Se diferenció entre los malos
olores generados por las balsas de purines de la granja y los resultantes de
esparcir los purines sobre los terrenos.
La defensa de algunos de los participantes de
la ganadería extensiva por su poder de fijar población, producir un desarrollo
sostenible, ser más respetuoso con el bienestar de los animales y finalmente
por su innegable mejor calidad de la carne producida, frente a la ganadería
intensiva, puso de manifiesto el escaso apoyo con el que cuenta la ganadería
extensiva por parte de la Administración Central y Regional.
Finalmente se hizo una valoración negativa del
“boom del cerdo” a escala global que afecta a nuestra provincia y región con la
proliferación de proyectos de macrogranjas como la que amenaza Luzón.
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