Ecologistas en Acción de Guadalajara alerta de un nuevo proyecto de cría intensiva de cerdos en la provincia. En este caso en el municipio de Luzón, promovido por un particular y con el beneplácito del Ayuntamiento quien cederá una parcela municipal y la recalificará.
Guadalajara, 2 de febrero de 2018
Ecologistas
en Acción de Guadalajara ha presentado alegaciones a este proyecto,
sometido a información pública de Evaluación Ambiental, y que como viene
siendo habitual, es presentado por los promotores con grandes carencias,
obviando información y los graves impactos que provocan las macro
granjas porcinas.
El
proyecto se pretende llevar a cabo dentro de la Red Natura 2000, en
la Zona de Especial Conservación “Parameras de Maranchón, Hoz del Mesa y
Aragoncillo”. Asimismo incumple la normativa regional de Evaluación de
Impacto ambiental al no presentar ninguna alternativa al emplazamiento elegido. A pesar de la cantidad de parcelas públicas y privadas en el término
municipal de Luzón, se afirma que sólo existe una opción, la
propuesta por el promotor.
La parcela donde se instalaría la granja, en el plano de Catastro |
Como
impactos generales, la granja provocaría una sobreexplotación de los
acuíferos que abastecen a los municipios circundantes y los contaminaría por
nitratos; además, este tipo de instalaciones desprende fuertes olores y
emite contaminantes como metano y amoniaco a la atmósfera.
Según el Estudio de Impacto Ambiental presentado por la promotora de la explotación, ésta no
tiene garantizado el suministro necesario de agua para la explotación. De
hecho, en el documento reconocen que éste se realizará mediante un pozo que
no especifica si existe, si tiene concesión, y si cubrirá las
necesidades sin mermar el caudal de manantiales o cauces
públicos. El hipotético consumo sería de 7.280 m3/año.
La
extracción mediante captación se realizaría sobre el acuífero
Sigüenza-Maranchón y mermaría considerablemente el recurso hídrico en
manantiales y puntos de abastecimiento de agua. Por poner un ejemplo la fuente más próxima, la del Hontete, se encuentra seca en la actualidad.
La temporalidad que ahora sufre se podría convertir en permanencia. Lo
mismo ocurre con el Río Tajuña y las fuentes que fluyen hacía él.
Asimismo la cuenca de vertido en la que se pretende emplazar la explotación es la del río Blanco, un afluente del río
Jalón; por tanto, la contaminación afectaría también a la comunidad vecina de Castilla y León, siendo Layna la
población más afectada, y la comunidad de Aragón, que es por donde discurre el río Jalón. El impacto sobre la red hidrológica
sería irreversible.
La
explotación generaría 4.300 m3 de purines al año. Estos residuos, ricos
en nitrógeno, son el principal problema que han tenido y tienen las
explotaciones intensivas porcinas. Éstas suelen esparcir este
subproducto por los campos de labor a modo de fertilizante, contribuyendo a contaminar los
acuíferos con los nitratos no asimilados por los cultivos. En Teruel y Cataluña, donde proliferan las granjas porcinas, el 60 % de los manantiales
superan los 50 microgramos de nitrógeno por litro de agua,
convirtiéndose en aguas no potables.
La
macro explotación, además, generaría uno de los gases de efecto
invernadero más potente, el metano: más de 9.000 kg al año. Asimismo
produce uno de los principales causantes de la lluvia acida, el óxido de
nitrógeno, con la generación de más de 40 kg al año. Otro contaminante
que produce, especialmente dañino si llega a las aguas fluviales, es el
amoníaco; la macro granja generaría mas de 5.000 kg de amoníaco al año.
El
otro gran problema que provocan estas macro granjas intensivas de cría
de cerdos, es la generación de malos olores que perjudicarían la calidad
de vida de una gran comarca que vive, en buena parte, del turismo.
La
fuerte oposición de los vecinos y el apoyo de las Plataformas contra
las granjas de cerdos de Guadalajara ya ha conseguido parar los proyectos
de Brihuega, Riofrío del Llano y Cincovillas, lo que demuestra que los ciudadanos no quieren este
tipo de actividad. Y no es para menos, pues suponen la puntilla
para el mundo rural, ya que afecta al desarrollo de otras actividades
más sostenibles y limpias.
Igualmente, esta asociación solicita que los ayuntamientos afectados y toda la población se oponga a este proyecto por los graves impactos ambientales y económicos que supondría su puesta en marcha.
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