El sábado pasado nos
juntamos cerca de 40 personas para hacer una ruta por la zona del
proyecto de fracking Cronos en Guadalajara. Un proyecto que
consiste en realizar una fractura hidráulica con el fin de obtener
energía por parte de las empresas, un negocio que tiene poco en
cuenta el impacto en el medio ambiente. Diversas asociaciones, grupos
o vecinos de pueblos afectados están ejerciendo una enorme presión
social en su contra.
La ruta constaba de dos
partes, guiados por Raúl y Fernando que se encargaron de darnos
información geológica y geofráfica respectivamente sobre el
recorrido y aclararnos cualquier duda. Una que tenía el inicio en
Aguilar de Anguita y que era circular y otra que comenzaba cerca de
la N-211 y que finalizaba en Anguita, en el merendero del pueblo, a
la vera del río Tajuña. El objetivo era explorar las líneas
sísmicas establecidas en el proyecto de fracking.
Aguilar de Anguita es un
pequeño pueblo situado en una colina. Antiguamente, hubo un
importante asentamiento celtibérico que fue expoliado por el Marqués
de Cerralbo y llevado a su museo. Actualmente, los hallazgos se
encuentran en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid.
Sobre las 10 de la mañana
partimos desde la plaza de Aguilar de Anguita. Caminamos por una zona
de areniscas rojas, grises y calizas entre una vegetación donde
predominan las encinas, quejigos, jaras, tomillos y ajedreas.
Hacemos un par de paradas en las que Raúl nos explica las
características del terreno de esa zona y cómo identificar o, al
menos, deducir si en suelo ha sucedido algún tipo de movimiento o
fractura que haya separado la continuidad de los estratos.
Tras caminar unos
kilómetros campo a través, subimos a un cerro y aprovechamos las
vistas para hacernos algunas fotos de grupo. A partir de aquí,
comienza el descenso que nos llevará al final de la primera parte de
la ruta.
Cerca de la carretera,
nos recoge el autobús que nos lleva al punto de partida de la
segunda ruta que transcurrió hasta llegar al pueblo de Anguita. Se
trata de un pueblo situado en una ladera y por la parte más baja
pasa el Tajuña, que discurre por una falla.
Se nos hizo un poco
tarde, debatiendo sobre el impacto negativo del fracking: impacto
paisajístico, arqueológico, sobre el agua, el aire y sobre la salud
de las personas. Durante este recorrido realizamos dos paradas que
nos llaman la atención. En una cantera abandonada que debería
haberse reconstruido paisajísticamente pero sobre la que no se ha
realizado ningún tipo de acción por lo que tardará tiempo en
recuperarse. La segunda parada la hicimos en un lapiaz: terreno
calizo lleno de oquedades y surcos producidos por la disolución de
la caliza, donde debido a la cantidad de piedras se hizo más
complicado caminar.
A partir de aquí
empezamos a notar el hambre y apretamos el paso, deteniéndonos
menos. El resto del camino es cuesta abajo y nos lleva, tras pasar
por las hoces del Tajuña, a nuestro destino, Anguita.
En el merendero, a la
sombra de los árboles, comimos juntos y tomamos una café. Después
cogimos el autobús que nos dejará de vuelta en Guadalajara. A la
salida del pueblo, vemos un pairón. Fernando nos explicó,
antes de que alguno sintiera la necesidad de echar una cabezadas, que
se trata de una columna con una cruz y una pequeña oquedad donde se
suele colocar un motivo religioso. Tiene una función votiva, donde
las personas que abandonan un pueblo se encomiendan al santo o la
virgen. También sirve, según comenta algún compañero de viaje,
como indicador de la proximidad de un pueblo y, en épocas de nieve,
señalizador de los caminos cercanos al término municipal.
¡Hasta la próxima!
Que se os va el dedo en el teclado,,,,,
ResponderEliminar¡Supongo que en el título será fracking, no "gracking"!
Saludos.