Las macrogranjas de Maranchón amenazan una laguna y una planta protegida

 

Los proyectos para establecer cinco macrogranjas de gallinas en el término municipal de Maranchón suponen una seria amenaza para una laguna temporal y una planta protegida, además de afectar a la ZEC/ZEPA Parameras de Maranchón, Hoz del Mesa y Aragoncillo que forma parte de la Red Natura 2000. 

En concreto, la macrogranja La Nava se ubicaría directamente sobre la Laguna Seca, una laguna temporal que se encharca en los periodos de lluvia y que tiene gran valor para la biodiversidad. Su cubeta es hábitat de la planta endémica Tanacetum vahlii, que sólo habita en las parameras y macizos calcáreos del Sistema Ibérico en las provincias de Guadalajara, Soria, Burgos, Teruel y Zaragoza. 

Además de las figuras de protección mencionadas, la Laguna Seca forma parte del Hábitat de Interés Comunitario 3170. En cuanto a Tanacetum vahlii, figura en la Lista Roja de la Flora Vascular Española y está incluida en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha como “vulnerable”. 

Ecologistas en Acción y la Plataforma para la Defensa del Valle y Hoces del Mesa demandan la restauración de la Laguna Seca y la desestimación de los cinco proyectos de macrogranjas. Debería impedirse su uso agrícola y eliminar los drenajes que dificultan su encharcamiento. 

El término municipal de Maranchón, a pesar de situarse en una ZEC/ZEPA, cuenta ya con 136 aerogeneradores que rodean el pueblo y que no respetan los extensos sabinares y enebrales. Las macrogranjas se sumarían a la rápida degradación medioambiental que está sufriendo este territorio por el desarrollismo caótico que están fomentando las autoridades autonómicas y municipales, que no ha conseguido frenar el despoblamiento y sí que está provocando movimientos vecinales contrarios como la Plataforma para la Defensa del Valle y Hoces del Mesa de la pedanía de Turmiel. 

Tanto Ecologistas en Acción como la Plataforma han presentado numerosas alegaciones y escritos solicitando la desestimación de las cinco macrogranjas, que sumarían más de 400.000 gallinas en un espacio protegido y ya maltratado por la proliferación desmedida de parques  eólicos.