miércoles, 31 de enero de 2024


 

GUADALAJARA, LOS ÁRBOLES Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

El cambio climático ya se está produciendo: inviernos cada vez más cálidos, lluvias torrenciales que dan paso a periodos de sequías interminables, … ¿Pero están nuestras ciudades y pueblos de Guadalajara preparados para afrontar el reto de adaptarse al cambio climático?

En las ciudades existen lo que se llaman las islas de calor generadas por el tipo de materiales y la pavimentación, además de contar con la existencia de fuentes de calor como los coches o las salidas de los aparatos de aire acondicionado. Las áreas verdes ayudan a contrarrestar este efecto y a mejorar la calidad ambiental, sin olvidar los múltiples beneficios demostrados que tiene la cercanía y el disfrute de la naturaleza sobre la salud y el bienestar de la población.

Incrementar la vegetación urbana es clave para preparar a las ciudades ante episodios extremos de lluvia y calor. Una mayor superficie de vegetación puede absorber y reducir el agua de escorrentía en las calles, además de disminuir en hasta -1,8 °C la temperatura media del aire en comparación con un espacio que esté completamente asfaltado.

Ciudades como Berlín, París, Hamburgo, Gante o Bratislava apuestan firmemente por aumentar sus superficies verdes y por nuevas plantaciones de árboles, además de construir depósitos de almacenaje de agua e impulsar la renaturalización del espacio urbano con tejados verdes y huertos comunitarios.

Pero en Guadalajara parece que los conceptos de renaturalización y cambio climático tienen una interpretación diferente al resto de Europa. El gobierno municipal, dentro de un proyecto de “renaturalización del casco urbano” (Cadena Ser, 23/01/2024) ha talado sin piedad los árboles grandes en las plazas de San Esteban (tres pinos de gran tamaño) y General Prim (11 árboles crecidos), en pleno centro de la ciudad. Habla bastante mal del mantenimiento de nuestro escaso arbolado que la explicación para talarlos del concejal de parques y jardines de la capital sea que estaban enfermos.

Desde Ecologistas en Acción de Guadalajara nos gustaría conocer el verdadero alcance de la renaturalización del casco urbano de Guadalajara. Si la pretendida “renaturalización” se va a quedar en sustituir unos árboles (grandes) por otros (pequeños) en las calles principales, o existe la ambición de aumentar los espacios verdes en la ciudad (“islas de frescor”), apostar por huertos comunitarios, diseñar sistemas de almacenaje de agua de lluvia para acometer los riegos, estudiar y diseñar cómo reutilizar el agua para riego y consumo, y disminuir el tráfico de coches mejorando los servicios de transporte público y fomentando el uso de la bicicleta.

Convivimos ya con el cambio climático y hay que tener audacia y altura de miras para adaptar nuestras ciudades a los cambios y conseguir para la ciudadanía unas condiciones de vida saludables, cada vez más sostenibles y cercanas a la naturaleza.

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