Veinte cicloturistas utilizaron el tren regional como medio de transporte para efectuar un recorrido lúdico por el Parque Natural.
El pasado 16 de octubre tuvo lugar un hito importante de la intermodalidad bici + tren española: Veinte cicloturistas viajaron junto a su bicicleta sin empaquetar en el tren regional que une Guadalajara y Sigüenza. Una propuesta de Ecologistas en Acción Guadalajara y Pedalibre a la que Renfe respondió proponiendo una experiencia piloto para hacerla realidad. Tres actores con un objetivo común: Impulsar la integración de dos medios de transporte ecológicos, el tren regional y la bicicleta, incluyendo un mayor número de viajeros con bicicleta por tren para mejorar la sostenibilidad de un servicio público, ecológico y social de cuya existencia depende en gran medida el mundo rural, en un escenario de crisis energética y cambio climático que nos afecta a todos.
Casi dos meses de trabajo en la definición y gestión del proyecto para incluir las veinte bicicletas en un vagón que solo está preparado para transportar tres, respetando en todo momento los accesos, pasillos y zonas comunes del resto de viajeros. Un esfuerzo que Ecologistas en Acción y Pedalibre agradecen a la Gerencia de Centro-Sur de Renfe por su dedicación y excelencia en la gestión del proyecto. Si el proyecto resulta viable, ambas asociaciones se comprometen a organizar una ruta ciclista mensual con el tren regional como medio de transporte.
La actividad comenzó en la estación de ferrocarril de Guadalajara con el billete de grupo previamente adquirido incluyendo la bicicleta. Los ciclistas esperaban para subir las bicis al tren conforme a un plan, preparado con Renfe, que permitió reducir a tan solo dos minutos la parada del tren en la estación. Dentro del tren, los ciclistas dispusieron las bicicletas en los lugares establecidos: La mayoría se colocaron en posición vertical entre dos asientos sujetas con un pulpo al asiendo delantero, dos más en el descansillo en una zona libre y las otras tres en los anclajes preparados para ellas. El viaje transcurrió con total normalidad y con igual eficacia bajaron las bicis del tren. Limpio y rápido.
La ruta comenzó en la estación de tren y, tras pasar por el casco histórico de Sigüenza, se encaminó hacia la ermita de la Virgen de la Salud de Barbatona a través del bosque de pinos cuyo contraste con el rojo de las areniscas y los ocres de los chopos otoñados, regaló a los cicloturistas uno de los mejores paisajes del día. Atravesando las parameras de Sigüenza formadas por la erosión de las calizas del jurásico y divisando las fortificaciones históricas de la zona, llegaron al corazón del Parque Natural del Río Dulce, Pelegrina, continuando su viaje por el peculiar valle de este pueblo que, tras cerrarse súbitamente, se convierte en el cañón que mejor representa el río Dulce. Pedalear sobre la mullida alfombra de rojos, amarillos y ocres que los caducifolios tejen con el caer de las hojas, embriaga el alma.
Tras comer en La Cabrera, el viaje siguió su curso junto al río Dulce pasando por Aragosa y sus cascadas, Mandayona, Villaseca de Henares y Matilla en cuyo término el Dulce se entrega al Henares. Desde allí la excursión acompañó al río Henares y a la vía del tren, junto a deliciosos paisajes embellecidos por la luz del atardecer. La breve subida tras pasar Castilblanco de Henares fue premiada con unas magníficas vistas de Jadraque y su Castillo. Apenas veinte minutos después, pasando por las antiguas canteras de yeso de Castilblanco, el grupo de edades comprendidas entre los 13 y los 64 años, llegó a Jadraque, donde tuvo tiempo de degustar el bacalao del Justi antes de subir al tren de regreso a Guadalajara. Con la experiencia adquirida, el segundo traslado de las bicis en el tren se hizo con presteza y organización. Con la llegada a Guadalajara acabó una excelente jornada de cicloturismo que promete ser la primera de muchas otras venideras.
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