· Con motivo de la celebración del 8M, Ecologistas en Acción pone de manifiesto que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha agudizado y acelerado la crisis ecológica, económica, social y de género que la precedían.
· Asimismo, se visibiliza y reconoce la labor de colectivos como las jornaleras en lucha, las mujeres de la PAH, Ganaderas en Red, los colectivos de empleo de hogar o las defensoras del territorio contra los proyectos extractivistas.
Guadalajara, 8 de marzo de 2021.- Ante la situación de crisis provocada por la pandemia y con motivo de la celebración del 8 de marzo, Ecologistas en Acción señala que se necesita promover otro orden social que enfrente las desigualdades y relaciones de poder existentes y tenga en cuenta la interdependencia y la ecodependencia. Por ello, la organización ecologista ha elaborado un decálogo ecofeminista de medidas que haga posible vivir vidas dignas y compatibles con el equilibrio de la naturaleza, y que defiendan la justicia social, la equidad, la sostenibilidad y lo comunitario:
1.- Una transición ecológica justa, para alcanzar una sociedad sin energías fósiles, que revierta la pérdida de biodiversidad y que respete los límites de los ecosistemas. Fomentar el consumo de cercanía adaptado a los ciclos de la naturaleza y sustituir los sectores productivos más contaminantes.
2.- Una reforma profunda y urgente del sistema fiscal para que sea progresivo, justo, verde y ecofeminista.
3.- Reconocer el derecho al cuidado como un derecho fundamental universal en todos los niveles, tanto público como comunitario, sacarlo del ámbito privado y doméstico y de la responsabilidad exclusiva de las mujeres, que los vienen realizando de manera gratuita e invisible. Se debe garantizar la corresponsabilidad del trabajo doméstico y de cuidados entre todas las personas, la sociedad y el Estado.
4.- Reorganización socioeconómica de nuestro sistema productivo, orientándolo hacia una economía de los cuidados que priorice las tareas necesarias para el mantenimiento de nuestras vidas y evite su mercantilización. Un nuevo equilibrio social que corrija las desigualdades por razón de sexo, género, raza (entendida como contrucción social) clase, diversidad funcional, orientación sexual o identidad de género, con una redistribución y democratización del trabajo, productivo y reproductivo, que sea indispensable y necesario.
5. Justicia antirracista y decolonial. Los territorios del Sur global y sus saberes son expoliados desde hace siglos, perpetuando el desequilibrio de poder y legitimando la violencia hacia estos colectivos de forma sistémica.
6.- Abogar por una dieta sana, ecológica y sostenible sustentada por la soberanía alimentaria y la implementación de la agroecología, en donde el papel de las mujeres siempre ha estado muy presente y vinculado a estas prácticas, compatibles con el respeto a la naturaleza y animales.
7.- Garantiza rservicios y suministros esenciales (agua, comida, saneamiento, energía, vivienda digna) y el derecho a la educación pública de calidad, incluyendo la educación para la sostenibilidad, la educación ecofeminista, educación para la paz, educación sexual, la justicia restaurativa, la interculturalidad y empoderamiento de mujeres y hombres como ciudadanos y ciudadanas globales.
8.- Garantizar el derecho a la salud (física, ambiental, comunitaria, sexual, mental). Esto exige una sanidad 100 % pública y universal, protección frente a la contaminación, impulso a la atención primaria, a la medicina preventiva y a la salud pública, así como a la educación respetuosa con la diversidad de identidades de género y relaciones sexoafectivas.
9.- Ciudades y pueblos sanos y habitables, con especial cuidado a las periferias, donde se priorice la participación comunitaria y no organizando el trabajo y el consumo en función del capital y en oposición y disociación con la naturaleza.Deben ser entendidas como espacios comunes, producidos y reproducidos por quienes los habitan.
10.-Sociedades libres de violencias machistas y racistas, que garanticen los derechos humanos (entre ellos los derechos sexuales y reproductivos) de todas las personas, especialmente de quienes los ven amenazados de manera especial (mujeres, personas LGTBQ+, migrantes, habitantes del Sur global, personas amenazadas por defender el territorio).
Ecologistas en Acción quiere poner en valor luchas de mujeres que trabajan en dirección a los objetivos planteados. “Desde el sindicalismo feminista de las jornaleras en lucha, a las activistas de la PAH dejándose la piel por el derecho a la vivienda, Territorio doméstico luchando por el 189, Ganaderas en red visibilizando la situación de las mujeres en la ganaderías, o las defensoras del territorio poniendo el cuerpo contra los proyectos extractivistas”, destacan.
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