Nota de prensa conjunta con SEO, 10 de diciembre de 2020
La resolución habla de “datos técnicos y científicos” que “ponen de manifiesto la necesidad de la caza”debido a “la actividad de control que juega la gestión cinegética en la sobreabundancia de ciertas especies que, por su desequilibrio poblacional en relación a la capacidad de acogida del medio natural, pueden ocasionar graves daños sobre la vegetación natural y los cultivos agrícolas, así como poner en riesgo la seguridad vial e incluso constituirse en vector de la transmisión de enfermedades y epizootias peligrosas para la ganadería y potencialmente para la salud pública”.
Nos gustaría conocer en qué estudios se apoya la Dirección General cuando habla de datos técnicos y científicos, porque lo que habría que preguntarse es cuál es la mala praxis que ha dado lugar a dicho desequilibrio poblacional y ha alterado la capacidad de acogida del medio natural. Por otro lado ¿no le parece al Director General suficientemente peligroso para la salud pública el COVID-19? ¿O es que acaso la caza constituye una especie de antídoto milagroso contra este virus? La misma resolución cita que la mitad de las licencias de caza concedidas en Castilla La Mancha pertenecen a personas de otras comunidades y para colmo da un dato que nos parece increíble: se permite que, si vienen a cazar, puedan entrar a la región a 2000 personas cada fin de semana “como en temporadas anteriores”. Parece que esta es una temporada más, sin ninguna circunstancia especial ¿verdad? Menos mal que como requisito, además de contar con un justificante del organizador de la cacería, deberán venir sin acompañantes. Nos quedamos más tranquilos.
Infinidad de personas castellano-manchegas que viven fuera de la región no han podido reunirse con sus seres queridos en la región durante el puente, y los cazadores sí pueden venir. Una persona a la que no le estaría permitido venir a ver a su familia, si alega, con un justificante del titular cinegético, que viene a cazar, sí lo puede hacer. Los restaurantes de nuestros pueblos no han podido recibir turismo familiar de fuera de la región, pero sí turismo de caza. Un fotógrafo de naturaleza no puede entrar a la región para captar imágenes de especies, pero un cazador sí puede hacerlo para matar ejemplares de esas mismas especies. ¿Cómo calificar esta decisión? ¿Un dislate?
¿Ineptitud? ¿Algo increíble? ¿Algo vergonzoso? ¿Miedo al saber que nuestra salud puede correr peligro porque el virus se extienda a través de personas que vienen a pegar tiros? ¿Cierre perimetral con excepciones elitistas? ¿Por qué no dicen claramente que lo que quieren es mantener el negocio de la caza y un status quo que permite los privilegios de una élite desde hace ya demasiado tiempo? Ni qué decir tiene que se ha presentado recurso de alzada contra dicha resolución.
Sociedad Albacetense de Ornitología
Ecologistas en Acción
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