Nuevamente nos encontramos que sin previo aviso y con total alevosía y nocturnidad, el Ayuntamiento de Guadalajara ha talado dos espectaculares ejemplares de pino piñonero en la Plaza de San Esteban de nuestra ciudad. La excusa oficial, nuevamente escudados tras los técnicos, es el riesgo de caída y la afectación al Palacio. Esta situación se podría haber evitado siguiendo una política de poda adecuada, así como haber evaluado alguna solución alternativa. La tala de un árbol debe de ser siempre la última opción y debe ser debidamente justificada y consensuada con los grupos políticos y la ciudadanía.
Pero a este caso, hay que sumar las talas y podas inadecuadas en otras zonas públicas y privadas de la ciudad, como la Plaza José de Creft, colegios públicos, centros ocupacionales, parques y aceras, algunas solicitadas desde los Consejos de Barrio, comunidades de vecinos y las propias administraciones, y que están acabando con el arbolado urbano, donde se repone a un ritmo menor que se tala y se siguen plantando especies que no son las adecuadas, contribuyendo a generar posibles problemas para un futuro.
Exigimos una política de acción sobre el arbolado de nuestra ciudad, con la proclamación de una ordenanza municipal, en la que los expertos especifiquen las especies aptas, el correcto cuidado de todas ellas y una evaluación de posibles riesgos consensuadas con las organizaciones ecologistas, ciudadanía y que consiga la máxima unanimidad. Algo que en la mayoría de las ciudades europeas existe, con un conciencia y sensibilización exquisita con el arbolado urbano y cuya protección y salvaguarda son principios capitales.
Así mismo recordamos la necesidad de poner en valor nuestro patrimonio de árboles y animamos al Ayuntamiento a desarrollar una normativa para realizar un catálogo de árboles urbanos singulares en nuestra ciudad que permita proteger jurídicamente estos ejemplares.
Condenamos la política arboricida del Ayuntamiento, que trata los árboles como un elemento más del mobiliario de nuestras calles y nos los trata como lo que son, seres vivos únicos que ejercen una función irreemplazable en la lucha contra el cambio climático, por lo que lo que la pérdida de cada uno de ellos supone un grave retroceso que no puede ser reparado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario